Buenos días:
Hoy os escribo desde la facultad, y es que después de estos diez días de locura que he tenido desde la vuelta de la Patagonia parece que ahora tengo un ratito para el blog.
Este “stress” se debe al final del semestre, que como todos sabéis, significa entrega de trabajos y pruebas finales. La verdad que por ahora ha ido todo bien y he sacado cosas positivas de estos días. Por ejemplo me he “chilenizado” mucho. El domingo por la noche estuve en casa de unos compañeros de clase, una family humilde que estaba flipando porque un extranjero estaba en casa, jejejje. Estuvo bueno porque me tenían mimaito, y fue interesante hablar de los típicos tópicos y de las diferencias culturales.
También el domingo por la mañana fui al cerro de San Cristobal y subí hasta la cumbre, donde hay una virgen, y una iglesia al aire libre…la gracia es que los domingos, desperdigaos por el cerro, hacen clases de yoga y de baile entretenido !muy divertidas!
Bueno a lo que vamos, que hoy toca contar la segunda parte de mi viaje a la Patagonia.
Como conté, llegué de nuevo a Puerto Natales desde el Paine. Al día siguiente tocaba relax total. Así que decidimos irnos a comer a un restaurante!!! Por fin después de 5 días comiendo pasta y arroz con tomate, nos tocaba comer algo de carne. Escogimos un bar que nos habían recomendado para comer los platos típicos de esta zona. Comimos un asadito de cordero patagónico y unos canelones de centollo. El centollo, es un bicho más grande que nuestra centolla y que solo vive cerca de la Antartida y de Alaska, así que había que probarlo, que por cierto estaba exquisito. Todo esto acompañado por una cervecita “Austral” que es la propia de allá.
Como buena costumbre, y es una de lo que más echo en falta aquí, nos echamos una siestecita reponedora y por la tarde dimos un paseíto para ver la city y comprar los recuerditos y to la weá.
En la mañana siguiente, partimos Belén y yo al glaciar Perito Moreno. Mariona no pudo venir porque aun anda con problemas burocráticos y no tiene cédula de identidad chilena. El viaje era de ida y vuelta en el mismo día.
Salimos muy tempranito y cruzamos la frontera, que como sabéis es un infierno, porque hay que esperar un montón de cola. Y después de pechá de horas de autobús por la pampa alcanzamos la ciudad de El Calafate. Esta ciudad, la llaman la ciudad de los glaciares porque se encuentra muy cerca de la cordillera y del campo de Hielo Sur, que es la mayor extensión de agua potable que existe en el plantea. Adopta el nombre de Calafate, por una planta que abundaba en esa zona. Y es que en esas explanadas gigantes se vive de las ovejas. Antiguamente solo existían construcciones, las llamadas “estadias” que eran las casas donde vivían los dueños de las tierras. (Como una especie de cortijos) Entre estadía y estadía había una distancia de 2 días a caballo. Curiosamente los ganaderos ovinos eran procedente de los balcanes. Fueron los primeros que poblaron estas zonas e impusieron a la oveja como fuente de vida. El problema de la oveja es que, al contrario del guanaco que solo muerde, arranca la hierba de raíz provocando una gran desertización por esta zona (otro regalito de los europeos) porque aunque resulte curioso, esta zona es muy árida porque las descargas de lluvia y nieve las absorben totalmente la cordillera y no llega agua a estas grandes explanadas.
A la vera de El Calafate se encuentra el Lago Argentino, que es el lago con mayor extensión que se congela por completo y se puede patinar. Yo lo vi de lejos, pero tiene que ser una pasada acercarte más porque hay un montón de bichos curiosos.
Y por fin después de un porrón de horas llegamos a la entrada del Parque Nacional Perito Moreno. Debe este nombre a Francisco Moreno, que fue un perito muy importante en la división fronteriza entre Chile y Argentina (que estuvieron a puntito de entrar en guerra). El tipo este era argentino y su proyecto de frontera, que se basaba en respetar la línea de la cordillera ganó. Por ello, el gobierno le regaló un montón de hectáreas en la zona, y él, tras su muerte las volvió a entregar con la condición de que se protegieran, por lo tanto es un personaje importante en la Argentina.
Este glaciar, en longitud no es muy grande, pero es taaaaaaan famoso porque es el glaciar que puedes ver más cerca. Es decir, te acercas como a unos 200 m de las paredes de hielo. Y estas paredes tienen de 40 a 60 metros de altura, o sea, flipas en colores.
También es muy importante porque cada cierto tiempo aumenta mucho su tamaño y cierra una parte del Lago Argentino, por lo tanto crea un brazo del lago independiente. Y claro, cuando el glaciar vuelve a su estado normal es impresionante ver como se caen trozos gigantes de hielo. Esto ocurre por ciclos, el último fue en 2008, y lo preocupante fue la rapidez con la que ocurrió el deshielo….¿cuestión del cambio climático?
Y por último también es tan famoso por el video clip de la Mari de Chambao con su novio cantando: “te como te como, comemeeeeeeeeeee…que tu cariño marea”, jejejjejeejeje.
Pues bueno, la verdad que si merece la pena. Al principio pillamos un barquito que te acerca hasta unos 300m y sí que te quedas atontao mirando. Y después te dejan como una hora para que recorras unos caminitos que acaban en balcones para echarte las fotos que os he mandado mientras escuchabas los estruendos del hielo desquebrajándose.
Al día siguiente fuimos a Punta Arenas, y la verdad que nos estábamos arrastrando del cansancio y no hicimos nada productivo. En el hostel que nos alojamos había muchísimo judíos israelitas. Ya había escuchado algo sobre esto, pero en el desayuno me hice colegui de uno y me contó la historia. Resulta que tanto hombres como mujeres tienen servicio militar obligatorio durante 3 años. Y no es hacer la mili en Ceuta, si no que van a la guerra contra Siria o contra los palestinos. Allí se quedan trastornados y el año después del servicio se ponen a trabajar como cosacos para sacar plata e irse de viaje. Y muchos de ellos eligen América del sur como destino, por la baratez y el turismo de naturaleza. La verdad que no tienen muy buena fama, ya que van en grupos grandes sin integrarse, consumiendo lo mínimo y dejando la cagá…o eso dicen...Así que me aplico el cuento de: de lo que ves creete la mitad y de lo que no ves, no te creas nada…
Visitamos Punta Arenas, donde hay más viento que en la caleta de Cai. Y me gustó su Plaza de Armas, con la escultura de Magallanes (que le puso el nombre al estrecho) También visitamos un museo histórico y un museo etnográfico que me gustó bastante. Aquí si se aprecia que es un ciudad viva económicamente, donde no solo se vive del turismo. Es más, esta región (Magallánica) se considera independiente del gobierno chileno, y tienen su propia bandera y sus luchas internas de manera seria.
Me gustó mucho el paseo marítimo viendo el estrecho y al fondo se veía Tierra del Fuego..pero claro, todo esto acompañado de un viento huracanado, frio y el chirimiri ese pesao.
Ya el último día estábamos muuuuuuy cansados y con ganas de volver. De nuevo fuimos a dar un paseíto por la ciudad. Comimos en un menú del día, un potaje con luche (alga) que no estaba muy bueno, jejeje y nos fuimos al aeropuerto. por la noche cogimos el avión y go home to Santiago.
Y es curioso porque esta crónica la empecé en la facultad y la estoy acabando en mi casa, esperando ir al aeropuerto y coger otro avión para irme al Perú. Vamossssssssssssssss!!!!!!
Espero que todos estéis bien y que os hayan gustado las fotitos.
Con mucho cariño. Besos.